El Mulhacén y el Chullo de una tacada I
Sábado, 27 de Septiembre de 2008Alfonso
Hacía días que había vuelto del Tirol pero ya volvía a faltarme algo: las cumbres, las inmensas cumbres donde se pierde la vista. Así que mandé un correo a mis amigos del Club para ver si alguno que estuviese en Sevilla, soportando estos calores, sentía también esta ansia. Propuse subir dos cumbres andaluzas: El Mulhacén y El Chullo. Me respondieron cuatro: Juan Luis Ferrete, Manolo Pichardo, Silvia y Pedro.Como Capileira estaba en fiestas decidí reservar alojamiento en Bubión. Igualmente reservé billetes de subida y bajada en el microbús de Medio Ambiente que lleva al Puerto del Chorrillo.
Salimos el día 8 de Agosto por la tarde en dirección a Granada. Quedamos con Silvia y Pedro en el restaurante Abades de La Roda de Andalucía. Cuando llegamos allí no estaban. LLamé a Silvia y me dijo que iba con retraso así que siguiéramos que después nos encontraríamos en Bubión.Pues nada seguimos adelante y los pueblos fueron pasando: Pedrera, Antequera, Riofrío, Loja. Después circunvalamos Granada y tomamos la carretera de Motril. Eran ya las siete y media y el sol se iba poniendo. Tomamos la carretera de La Alpujarra y cruzamos Lanjarón, como siempre lleno de gente. Después La Taha de Pitre, Orgiva, Soportújar y finalmente entramos en el barranco de Poqueiras. Finalmente llegamos a Bubión y visitamos el hostal. Era muy interesante de dos plantas con vista al valle.
¿Dónde estarán Silvia y Pedro? Los llamamos y nos dijeron que ya estaban entrando en el valle del Poqueira. Nada, esperamos un poco y al ratito, en la oscuridad de la carretera, apareció el BMW de Pedro. Los llevamos al hostal y después fuimos a comer en un restaurante al aire libre. “¿Nos sentamos aquí?” “No que hay mucha luz” La verdad es que el jardín estaba iluminado con fuertes focos. Cuando por fin encontramos una mesa que era del gusto de todos había pasado un ratito. Seguro que si hubiera sólo una mesa libre no hubiera existido ningún problema. ¡Así somos los humanos!
Pedimos de la carta y el pintoresco camarero nos trae la comanda. Vemos que a Pedro le ponen un magnífico plato por sólo 4 euros. Silvia se toma un magnífico filete de pez espada y Manolo ha pedido el plato alpujarreño: huevos fritos, morcilla, jamón y patatas a lo pobre.
Después de charlar un rato nos vamos a la cama. Yo, como coordinador, doy la consigna: “Mañana a las 8 menos cuarto desayunando. Hay que estar en Capileira a las 8 y cuarto”
Y allí estamos. A las 8 menos cuarto el matrimonio que regenta el hostal nos tiene dispuesto el desayuno. Después de tomarlo y pagar las habitaciones cojemos los coches y nos vamos para Capileira. Cuando llegamos saludo a Paco, el guía de Medio Ambiente, un tipo simpático, de Bubión. Minutos después el microbús emprende la ruta. Paco nos cuenta cosas sobre Sierra Nevada, y además con mucha gracia. Nos enseña un libro con la foto de una mariposa. “¿Qué es ésto?” “Una mariposa”, dice alguien un poco de broma. “¿Y qué es la mariposa… a quien diga que es un lepidóptero lo tiro abajo de autobús.” Todos quedamos callados. “Es una mosca tuneada”. Carcajada general. Nos cuenta un chiste: “Un montañero que va por el monte. De pronto se resbala y cae por un barranco. Logra agarrarse a unas ramas y el pobre está allí, con el precipio debajo de él. Se pone a gritar ¿Me oye alguien? Socorro! ¡Auxilio! ¿Me oye alguien?” De pronto se abren los cielos y aparece Dios y le dice: “Hijo mío, no tengas miedo. Suéltate y dejate caer que mis angeles te cogerán y te traerán hasta mi”. El montañero se queda unos segundos callado y comienza a gritar de nuevo y más fuerte: “¡Socorroooooooo! ¿Me oye alguien máaaaaaas” Carcajada general otra vez.
Llegamos al Puerto del Chorrillo y nos bajamos.
Antes de comenzar la subida nos hacemos una foto.Al principio la pendiente es un poco fuerte pero después seguimos la pista de la loma. En ciertos momentos hace un poco de frío, lo cual es normal aquí.”Pasando aquella curva ya veremos el falso Mulhacén”, les digo a mis compañeros. Pero no es verdad, lo hago para animarlos y así me animo a mi también.
El paisaje es magnífico pero la calima lo difumina a lo lejos. Vemos un poco del mar y por supuesto los campos de plástico de Almería. Pro fin llegamos al primer Mulhacén, el falso. Nos tiramos una foto y seguimos adelantes. Ya sólo nos quedaba el camino que sube poco a poco hacia la cima mientras a nuestra izquierda queda el impresionante paisaje del Puntal de la Caldera y la laguna del mismo nombre.
Por fin ya en la cima, nos encontramos con muchos
montañeros. El lugar, como siempre, parece una plaza. Todos charlando, tomando fotos. Nos tiramos una foto encima del templete. A nuestra espalda queda el impresionante cortado y abajo la Laguna de la Mosca. Tomamos nuestros bocatas y sobre las dos comenzamos el descenso.